Después de que ayer se reflejara claramente en forma de concentración-protesta el malestar ciudadano ante las políticas de tres al cuarto que llevan a la práctica nuestros gobernantes, se me ocurre hacer unas reflexiones.
Primero, que los muy cobardes, en vez de dar la cara, se esconden y se blindan en su fortaleza-sede de partido, rodeados de policía (pagada con nuestros impuestos), y sin hacer mucho ruido, no vaya a ser que den más que hablar aún de lo que ya hacen.
Segundo, después de oír ciertas "indignadas" declaraciones de cierto personaje en directo contradiciéndose, titubeando y relamiendo las palabras como si de repente hubiera olvidado su orgulloso origen castizo convirtiéndose en un personaje bebido al cual se le empasta la boca al hablar, me da que pensar que no saben cómo convencernos de que miremos hacia otro lado, que no es verdad lo que dicen medios y acusados, y que creen que son de una pasta especial y el ciudadano un gilipollas perdido.
Quizá sí que somos gilipollas, por permitir que esto ocurra. Hemos tirado el orgullo a la papelera, acosados por un miedo que ellos se han encargado de difundir: si protestas eres un criminal, te subo los impuestos y te aguantas, abarato el despido y no digas nada que te echo, quito subsidios, cierro servicios públicos, degrado la educación... y a callar todo el mundo. Mandan, ordenan y roban. Hemos descubierto demasiado tarde que TODOS, sean del color que sean, una vez tienen el mando, se comportan de la misma manera. NO ESTÁN AL SERVICIO DEL CIUDADANO, EL CIUDADANO ESTÁ A SU SERVICIO.
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Creo que esto de moverse poco, saquear y vivir la vida, muchos españoles lo llevan escrito en los genes. A mí se me ocurren unos 400.000... ¿y a vosotros?
Mañana más... supongo.
Pues yo lo he enlazado con Facebook, que quiero que se entere todo el mundo, mientras podamos, claro.
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